El divorcio es la disolución legal de un matrimonio, solicitada por uno o ambos cónyuges, cuando se cumplen ciertas condiciones establecidas en la ley. En términos simples, significa poner fin al vínculo matrimonial mediante una sentencia judicial, lo que permite a las partes rehacer su vida de manera legal y ordenada.

Legalmente, la ley contempla dos grandes categorías de divorcio: el divorcio culposo y el divorcio por cese de convivencia. No obstante, en la práctica, se reconocen tres formas distintas de terminar un matrimonio, según el contexto en que ocurra el cese de convivencia.

Divorcio por cese de convivencia de mutuo acuerdo: se utiliza cuando ambas partes están de acuerdo en poner término al matrimonio y en regular los efectos del divorcio, tales como la pensión de alimentos, el cuidado personal de los hijos, el régimen de relación directa y regular (visitas), y la compensación económica si corresponde y han cesado su convivencia por al menos 1 año.

Divorcio por cese de convivencia unilateral: se aplica cuando solo uno de los cónyuges quiere divorciarse y el otro no está de acuerdo o no participa del proceso y han transcurrido al menos 3 años desde el cese efectivo de la convivencia.

Divorcio culposo: este tipo de divorcio se aplica cuando uno de los cónyuges ha cometido una falta grave a los deberes del matrimonio, haciendo intolerable la vida en común. Por ejemplo: infidelidad, violencia intrafamiliar, abandono del hogar, maltrato psicológico o físico. En este caso, el cónyuge afectado debe probar judicialmente la culpa del otro.

¿Cómo saber qué tipo de divorcio me corresponde?
Cada situación es distinta. Por eso, es fundamental contar con la orientación de un abogado o abogada especializada en Derecho de Familia, que pueda evaluar tu caso en detalle y ayudarte a elegir el camino legal más conveniente.

En nuestro estudio jurídico, te ofrecemos acompañamiento personalizado durante todo el proceso, con compromiso, claridad y profesionalismo.